Gonzalo De Los Santos: “En el 97 me hubiese quedado tres meses más en Peñarol”
Nació en Salto el 19 de julio de 1976, ligado desde chico a una pelota de fútbol como todo niño nacido en nuestras tierras. En los regalos de cumpleaños o reyes magos siempre había una pelota para cumplirle el sueño al más chico de la familia. Sus primeros pasos fueron en baby fútbol en el club Ferrocarril de su ciudad natal, a sus 5 años comenzó su andadura que lo llevó primero al fútbol grande de la capital para luego brillar en la liga española.
Fuente: Tenfield
¿Cómo llegaste a Peñarol, quien fue el vínculo?
Fue en el año 1993 a la quinta división, tenía 15 años, debute muy joven en el club Chaná donde con 13 años debute en primera división, y eso llegó a Hugo Guerra quien era el cónsul, en aquellos años había consules en diferentes zonas que eran los que miraban futbolistas y hablaban con los clubes por posibles fichajes desde el interior. Él era el cónsul del litoral del país, desde Artigas hasta Colonia, sin que nadie supiera me fueron a ver y decidieron que 2 chicos y yo fuéramos a probar suerte a Montevideo y en 2 prácticas Jorge Fossati dio el ok para que me ficharan en quinta división, la generación 76’ donde estaban Antonio Pacheco, Federico Magallanes, Martin García, Nicolás Rotundo, Claudio Flores, Enrique De los Santos, Walter Surraco, teníamos un equipazo.
Cuando llegaste a Montevideo, ¿Cómo fueron tus primeros meses, donde viviste?
Llegue en febrero de 1993, era el primer año del quinquenio de Peñarol, yo voy a la antigua pensión en la calle Ejido y Durazno, donde pasaron muchas glorias del club, ahí estuve 5 meses hasta que me fui a un apartamento con unas hermanas, yo al principio quería estar en la pensión porque es donde realmente sentís el motivo, la pasión y donde sentís que el vestuario se traslada a tu hogar para seguir creciendo. Evidentemente dejaba muchísimas cosas en Salto, aquella época no se compara con la época actual porque hoy con las redes sociales y el whatsapp todas las distancias son más cortas, en el año 93’ estuve 7 meses sin ir a Salto con todo lo que eso conlleva y se extrañaba muchísimo, no había tantas posibilidades de viaje y comunicación como lo hay ahora.
Foto: Instagram Gonzalo De los Santos
¿Qué te sedujo del club?
Toda mi vida fui de Peñarol al igual que mi familia y desde chico soñé con esa posibilidad entonces cuando se presentó la oportunidad la aproveche sin dejar de lado los estudios, porque era buenos en los estudios y continúe en el liceo IAVA en quinto año humanístico.
En tu vida, ¿Qué significan Jorge Fossati y Gregorio Pérez?
Tenerlos a Gregorio y a Jorge en mi vida futbolística fue un honor, una satisfacción enorme porque son 2 entrenadores de fútbol, pero a la vez 2 educadores de la vida, a Fossati lo tuve poco porque él estaba como entrenador de la quinta división, pero a los 2 meses se fue a River Plate. Gregorio Pérez fue la persona que me ascendió, a los 2 años de haber llegado a Montevideo y en el año 1995 ya me dio la posibilidad de ascender al plantel principal y cuando vendieron a Diego Martin Dorta a Independiente me dio la camiseta número 5 hasta mi traspaso a Europa. Fue todo muy rápido, en abrir y cerrar de ojos, esos 5 años que estuve desde los 15 hasta los 20 que me vine a Europa, fueron pasos muy rápidos, pero seguros. Tuve la posibilidad de llegar a la quinta división, jugar en cuarta división y ya me ascienden a primera, me tocó salir 3 veces salir campeón uruguayo con Peñarol, debutar en la selección con 18 años, y a los 20 años ser traspasado a Europa. Fue todo muy de precisa, abalado con esa base que tanto Fossati en el año 96 como Gregorio en el 95 y 97 me brindaron para fortalecer mi carrera.
Te tocó vivir una de las etapas más lindas de la historia de Peñarol, ¿Qué fue para vos haber sido participe del Quinquenio?
Cada día pasa más el tiempo, el hincha de Peñarol más se acuerda de nosotros, nos da las gracias por la calle, mediante mensajes, mediante recuerdos en Twitter, en redes sociales. Yo siento una satisfacción enorme, primero que nada, por haber podido jugar en la primera división de Peñarol esos años, haber podido salir campeón uruguayo con la camiseta que yo amaba, que amo. Segundo la satisfacción enorme de poder estar en esos recuerdos imborrables, en esa etapa del Quinquenio donde más pasan los años y más grande es el recuerdo. Sobretodo mirando ahora lo difícil que es salir Bicampeón uruguayo, uno se retrotrae en el tiempo y magnifíca lo que fue aquella obtención del quinquenio.
Tu traspaso a Mérida se da unos meses antes de que concluya el Campeonato Uruguayo 1997, 25 años después ¿tomarías la misma decisión?
Las ganas de festejar con mis amigos y compañeros adentro de la cancha fue una de las cosas que siempre más pensé, con el “Negro” Tais con Federico Magallanes que en ese periodo tuvimos que ser transferidos. Por otro lado, era el momento, uno no sabe si más adelante ese momento podía haber estado. Estaba en una etapa muy buena en mi carrera, siendo figura en Peñarol y en la selección uruguaya. Eso hizo que me miraran varios equipos, lo más sorprendente quizás fue que vino un equipo pequeño, muy poco conocido en España. Con el diario del lunes me hubiese quedado 3 meses y medio más, pero las decisiones las tomo convencido, yo era muy chico, con una familia muy grande y era un contrato enorme donde me podía dar un bienestar familiar.
En el viejo continente jugaste en varios equipos, donde fuiste dirigido por Rafa Benítez y Héctor Cúper.
En mi llegada a Mérida tuve como entrenador a Jorge D’Alesandro, fue una experiencia inolvidable, por pisar suelo español con 20 años, un futbol muy profesional, con muchísimo nivel. Luego pasé a Málaga donde hice 3 temporadas maravillosas, eso me permitió ser transferido a Valencia, en mi primer año tuve la fortuna de salir campeón de Liga, luego de 31 años, compitiendo de tú a tú con Barcelona y el Real Madrid de los galácticos. Fui a préstamo a Atlético Madrid y regresé a Valencia donde Ranieri me pidió y logramos ser campeones de la Supercopa de Europa del año 2004 venciendo a Porto. Tuve un paso por Mallorca y mis 2 últimos años en Europa fueron en Hércules, una institución histórica. Vine en 2008 a Peñarol para retirarme, estuve hasta 2010, donde futbolísticamente no fue una etapa muy buena ni a nivel grupal ni en lo personal. Pero logre el objetivo que era retirarme en el club que yo quería.
Tu carrera como jugador profesional empezó y terminó en Peñarol, ¿Sentís que te faltó algo en tu carrera?
Siempre queda algo pendiente, quizás podría haber jugado 3 o 4 temporadas más al fútbol, yo en Peñarol no tenía la posibilidad de continuar porque es un equipo muy exigente y esas 2 temporadas futbolísticamente no fueron buenas. Si me llamaron otros entrenadores, pero yo quería terminar mi carrera en Peñarol. Me quedo la espinita del futbol inglés en el año 2005/2006, donde tuve la gran oportunidad de ir y por motivos que al día de hoy no sé, se me trunco la posibilidad de ir. Era un fútbol que me gustaba por mis características, en aquella época no era tan visto como ahora, estaban emergiendo equipos importantes de hoy en día.
Tuviste la experiencia de ser entrenador principal en Miramar Misiones, ¿te preparaste para eso?
Mientras era futbolista activo me prepare siempre para el futuro, para el día después. Primero hice el curso de Dirección y Gestión de entidades deportivas en Barcelona entre los años 2006 al 2008, mientras estaba en Hércules. El curso de entrenador lo hice en Uruguay, era algo que me apasionaba. Me prepare, viaje muchísimo, dirigí solamente a Miramar Misiones, una etapa muy linda, de mucha experiencia, de mucho aprendizaje. Soy un apasionado del fútbol en general, estuve dentro de la cancha como jugador, me tocó estar fuera la cancha como entrenador, estuve en los despachos como director deportivo.
¿Cómo definís tu paso como Director Deportivo en Peñarol?
Fue una experiencia muy satisfactoria para mí en números y en aprendizaje. Era la primera vez que había un director deportivo en Uruguay. Ese año pudimos salir campeones uruguayos, fue un año muy difícil. Aprendí muchísimo en esa etapa. Me fui invicto en clásicos, a nivel internacional estuvo él debe.
¿En algún momento podes llegar a volver a Peñarol?
Sin lugar a dudas que sí, cuando uno está dentro de una institución e hizo las cosas aceptables, satisfactoriamente bien, yo considero que las puertas quedan abiertas. Mi corazón siempre va a estar abierto para Peñarol. El futuro uno nunca lo sabe, siempre estoy dispuesto a escuchar, porque es el club de mis amores. Tarde o temprano voy a volver a Peñarol, yo me sigo preparando en las diferentes aristas que tiene el fútbol.
¿Cómo ves a la distancia a Peñarol?
Lo veo bien, partiendo desde el aspecto dirigencial, pasando por lo deportivo, a la cabeza con Pablo Bengoechea, después Gabi Cedres que está cerca de los futbolistas y el Indio Olivera, que es una gloria del club, de esas personas que si o si tienen que estar muy cerca de la institución, por los valores humanos y deportivos.
Foto de portada: Ovacion/El Pais